Enclavado en pleno Parque Natural de la Corona Forestal, en el sur de la isla de Tenerife se encuentra Vilaflor, un municipio perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en la isla de Tenerife, un pequeño pueblecito que tiene el privilegio de ser el municipio más alto de España, con una altitud de 1.500 metros sobre el nivel del mar. Su situación, a las faldas del Teide, hacen que sea lugar de paso obligado para todos aquellos que vayan a visitar el volcán desde la zona sur, Limita con La Orotava, Arona, Granadilla de Abona, San Miguel y Adeje. Tiene un alto valor paisajístico y en su economía destacan el cultivo de la papa, la vid y el almendro, beneficiados por la calidad de sus tierras y sus aguas. Muestra de ello son sus cultivos de vid, de los que se obtiene un afamado vino que no se debe dejar de degustar al visitar este hermoso pueblo.
Vilaflor es un remanso de tranquilidad rodeado de paisajes rurales y pinares que sigue conservando el encanto y el ambiente sosegado de pueblo rural tinerfeño. Este pueblecito posee un encanto único, con sus empinadas y estrechas callecitas y sus bien cuidadas casas, de típica arquitectura canaria y sus mansiones centenarias, hablan de la historia de las medianías de esta zona de Tenerife, apartada de los cercanos y bulliciosos lugares turísticos del sur de la isla. Su patrimonio natural y cultural bien merece una plácida visita para impregnarse del ambiente sosegado y rural que transmite. Para llegar al pueblo es necesario disponer de un medio de transporte, por lo cual la gran parte de turistas eligen el alquiler de coches en Tenerife para moverse con comodidad por la isla.
En este hermoso pueblo se encuentra El Pino Gordo, el mayor ejemplar de pino canario “pinus canariensis” del archipiélago. Un pino gigantesco, de imponentes medidas de 45, 12 metros de altura, 9,36 metros de circunferencia y 3,16 metros de ancho, un Monumento Natural que merece ser admirado.
En Vilaflor de Chasna nació el primer santo canario, en el año 1626, el Hermano Pedro, Beato Pedro de San José de Betancur, canonizado en el año 2002, fundador de la Orden Bethlemita en Guatemala para brindar ayuda a los más necesitados, muy popular en Tenerife, encontrándose por todas partes innumerables alusiones a él.
Entre los lugares que destacan en este encantador pueblo se encuentra La Iglesia de San Pedro Apóstol, una de las iglesias más antiguas de Tenerife, construida en 1.550 sobre una antigua ermita por orden de Pedro Soler y su esposa. El elemento de más importancia del templo, para las personas más religiosas, es la copia enmarcada de la partida de bautismo de Pedro de Betancourt. Posee también una imagen en alabastro de San Pedro Apóstol, traída de Cataluña por la familia Soler, una verdadera joya del siglo XVI. Además contiene en su interior, innumerables imágenes y retablos de autores anónimos que representan un precioso ejemplo del arte popular canario.
Junto a la iglesia, el Santuario del Santo Hermano Pedro, levantado en el solar que ocupaba la casa de sus padres, que es también un centro de peregrinación para los devotos, y que además alberga un convento de su misma orden religiosa.
También destacan el Molino de agua, el primer molino de Vilaflor, construido en el año 1.644 y que funcionó hasta 1.915, donde puede admirarse gran parte del sistema por el que transcurría el agua así como la estructura que servía para moler el grano.
Además, encontrarás el Paisaje Lunar, anteriormente llamado Escurriales, en una ruta preciosa que atraviesa un bello pinar, con algunos claros, hasta que entre los verdes árboles brota el hermosos Paisaje Lunar con sus caprichosas formas de color blanquecino, que resaltan sobre el color verde de los alrededores, originadas por la erosión de la capa de ceniza volcánica. Al llegar, justo al frente de estas hermosas formaciones, encuentras un mirador para que puedas admirar la belleza de este paisaje que merece el esfuerzo de la caminata.
Disfruta del encanto y la belleza rural del pueblo más alto de España. ¡No te arrepentirás!